• Caramelo de mi Hermana
  • miércoles, octubre 04, 2006
    Se que esto que les voy a contar es un poco antiguo, pero esto se ajusta exactamente a lo que hoy pasó por mi mente todo el día.

    "Erase una vez, una persona, que en una fecha determinada estaba pasando a la mayoría de edad, según las leyes de Bolivia, su nombre era Cecilia Chávez, pero ella nunca sintió que así fuera, para ella, ese cumpleaños supuestamente especial, en que cumplía 18 años, solo significaba dos cosas: poder votar en las siguientes elecciones, y ser capaz de obtener legalmente el muy conocido breve, o carnet de motorista; todo las personas de su entorno le recordaban que ya no era una niña, que ya estaba pasando a la edad adulta, pero ella quería demostrarles lo contrario, ya que en su interior, ella todavía era una niña, y seguiría siendo una niña hasta que se olvide de serlo, asi que hizo una fiesta especial con varios de sus amigos, puso globitos, hizo canastitas, y junto a ellos disfrutó de un cumpleañitos con todas las cosas infaltables en un cumpleaños de niños, menos payasos, le asustan los payasos."

    Me imagino que todos los pensamientos de mi niñez que se aproximaron por mi mente hoy, es por el simple hecho de que cada vez esta más cerca una etapa demasiado importante en mi vida, una en que todos dicen ya sos grande y tenés que tomar tus propias decisiones y hacer tu propia vida, no me preocupan esas cosas, porque siempre estuve segura de mis decisiones, y siempre supe que iba a llegar ese momento, incluso siempre lo esperé con muchas ganas, pero lo que me preocupa es perder esa etapa de mi vida que siempre me gustó, esa etapa en donde todo era tan lindo y color de rosa, tampoco significa que tenga miedo de crecer, si no que siempre quiero que este presente en mi ese espiritu de niña, que todo lo ve de una forma optimista, simple, y que todo tiene solución.

    Algo que nunca me gustó de las amigas que tuve a los 11 o 12 años, era su afán de crecer y ser grandes, yo simplemente quería seguir jugando y divirtiendome, sin pensar en esas cosas que ellas ya tenían en mente: chicos, ropas, fiestas; lo malo es que tuve que adaptarme a su forma de ser, ya se que uno no debería ser como los demás y formar sus propios criterios, pero a esa edad son muy importantes los amigos, y si no me adaptaba iba a quedar sin ninguno.

    Creo que porque me privaron de seguir jugando, es que siempre tuve a mi niñita interior, que siempre sale, y todos los días está presente, la cual todavía quiere seguir jugando y divirtiendose, aunque algunas personas no lo entienden, y pueden llegar a decir que soy muy inmadura, pero en realidad estoy conciente de mi edad e intento equilibrar a mi niñita interior con las cosas que tengo que hacer día a día.

    Por suerte pude encontrar a mis amigas, y a mi cortejo, que son las únicas personas que conocen los dos lados de mi moneda, y la aceptan, e incluso me ayudan a seguir consevando mi niñita interior.

    Asi que ya saben la niñez no se acaba, hasta que uno la acabe :P
     
    Pensado por Cecilia Ch. a las 7:52 p. m. |


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